En estos últimos años no dejo de ver a un gran número de empresas esperando en el andén la llegada del tren del social media. Están ansiosas por subir a él… porque han descubierto que muchos de sus clientes están interactuando en redes sociales y no quieren dejar pasar esa gran oportunidad. Pero, detrás de la simple fachada, ¿son verdaderamente sociales?
“Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”
Desde pequeño, he escuchado decir a mis padres que debemos predicar con el ejemplo. Es decir, si no estamos convencidos de lo que hacemos o decimos, y no somos honestos con nosotros mismos, podemos llegar perder el respeto de los demás. O, lo que puede ser lo mismo, acabar enredados en aquel viejo dicho popular que dice: “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”.
En el mundo empresarial actual todavía existen muchas Marcas que no tienen en cuenta aquellas enseñanzas y, durante largo tiempo, han dicho una cosa y luego han hecho la contraria. Si nos llenamos la boca diciendo que estamos enfocados al cliente, debe ser cierto. Si predicamos que nos importa la opinión de nuestros clientes, y que siempre les escuchamos, debemos hacerlo. Esto que quizás te parezca una cosa muy obvia, pocas veces suele realmente cumplirse.
Durante mi carrera profesional he trabajado para empresas en las que, en algunas ocasiones, he podido ver y vivir este tipo de comportamientos en primera persona. Desde hace unos años estoy embarcado en una nueva faceta dentro de mi progresión profesional (la de: “Consultor en Hotelería, especializado en Marketing Online y Social Media”), que me ha llevado a descubrir que muchas de aquellas malas costumbres del mundo offline también tienen su equivalente en el entorno online (Internet).
Los negocios en la red, cuanto más social mejor
En mi opino Internet nos ofrece un ecosistema ideal para hacer negocios a nivel global, de una manera mucho más rápida y económica que antes. Al mismo tiempo, creo que gracias al social media tenemos ante nosotros una posibilidad inmensa de comunicarnos y conectar más fácilmente con nuestros clientes (tanto actuales como potenciales). Se nos ha abierto un nuevo universo en donde pueden cohabitar empresas de todos los sectores y consumidores de diferentes nacionalidades, creencias, razas, etc. y eso, hoy por hoy, es extraordinario.
Todavía hay días en los que me paro a pensar lo sorprendente que es el hecho de poder conversar e intercambiar opiniones con personas de distintos lugares del mundo, y todo eso, gracias a las redes sociales. ¿Os habéis percatado de todo lo que se puede llegar a aprender? En el caso de las empresas pasa algo muy parecido, la interacción en medios sociales facilita el conocer que piensa, necesita o quiere nuestro público objetivo.
Dicho esto, podemos comprobar que los errores del mundo empresarial en redes sociales no iban a ser distintos de los del mundo real (por desgracia). Un sinfín de empresas se llenan la boca diciendo que son sociales o que están esperando a sus clientes en las redes, cuando en realidad lo que tienen no es más que una página web llena de iconos sociales muy monos. En muchas ocasiones esos perfiles o páginas no pasan más allá de un par de publicaciones al mes, es más, las hay que han empezado con mucha fuerza y con el tiempo se han quedo en eso… en puaras ganas (ver: ¿Las redes sociales son el río Guadiana de la comunicación?).
Lo gracioso de todo esto es que cuando como profesionales contactas con alguna de aquellas empresas de las que hablamos, para ofrecer nuestros servicios, no falta la oportunidad en que te contesten: nosotros ya estamos en redes sociales (pero, ¿cómo, ustedes estaban?) o, lo que es peor aún, eso del social media no funciona muy bien (claro, así nunca les va a funcionar).
En el otro lado de todo esto, tenemos a las supuestas nuevas agencias de social media, y de marketing online (más las de comunicación, diseño web, etc. – sí, porque hoy todo Dios dice que hace estrategias y gestión profesional de redes sociales), comentando a todas horas que la conversación es lo más importante, que debemos escuchar e interactuar con nuestros seguidores, público objetivo, clientes… pero que, nuevamente aquí, no predican con el ejemplo (será quizás, qué sus clientes no están en redes sociales). Muchas tienen un sinnúmero de iconos sociales en sus webs, pero al hacer clic, y entrar en ellos, ves un panorama casi tan desolador como el del ejemplo anterior. Eso sí, en sus blogs, no suelen hablar de otra cosa. Nos encontramos nuevamente con aquello de: “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”.
Entonces, no queramos vender algo que realmente no somos, ni nos preocupamos por ser. Sobre todo, porque se nos vera el plumero a la primera de cambio (como en el ejemplo que muestro en este post: Las mentiras tienen patas cortas también en redes sociales).
Foto (Loudspeaker icon spreading streaming content media): Shutterstock
Esta reflexión está inspirada, y producida conjuntamente con mi colega y amigo Albert Ramos Catalán, a raíz de una charla sobre un post similar que él escribió en su blog (que puedes leer aquí: Si no eres social, ¿por qué lo anuncias? #TodoEsBranding).
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