¿Qué es el design thinking, cuáles son sus beneficios y cómo aplicarlo en tu proyecto ?

El pensamiento de diseño o design thinking es una disciplina que ha potenciado el desarrollo de productos, fundamentado el crecimiento de modelos de negocios y afianzado las estrategias de marketing de grandes empresas en el mundo, como Apple, Google o Amazon.

Pero tú también te puedes aprovechar de este concepto para dar soluciones a tus clientes, desarrollar un producto o servicio novedoso o simplemente hacer que los que ya tienes sean útiles para tu audiencia.

Dominar el design thinking no es muy complicado, solo hace falta entender bien lo que es, qué características debe tener, qué fases lo componen y cuál es el proceso para aplicarlo. De eso y más te hablamos a continuación.

¿Qué es el design thinking?

El design thinking es una metodología con la que se busca encontrar soluciones prácticas a problemas y necesidades de un público, poniendo a este último en el centro del proceso. Para ello se echa mano de la innovación, la tecnología y la imaginación.

Esta técnica tiene sus orígenes en la década de los 70, en la que se buscaba adecuar los productos y servicios a las necesidades reales de los usuarios/consumidores. La clave fue poner al cliente en el centro del proceso creativo haciendo equilibrio con las posibilidades económicas de la empresa y las herramientas disponibles.

A pesar de que se usó en un principio en la arquitectura, actualmente el design thinking se aplica a cualquier mercado para dar con soluciones oportunas y eficaces.

¿Para qué sirve el design thinking?

El design thinking se desarrolló para dar con soluciones prácticas tanto para el público, es decir, que sean útiles en lo funcional y en lo económico, como para las empresas en cuanto a rentabilidad y sostenibilidad en el tiempo.

Partiendo desde este objetivo principal, el design thinking tiene los siguientes beneficios implícitos:

• Organizar el trabajo y los equipos creativos para que los esfuerzos sean dirigidos a encontrar soluciones reales.
• Conocer más y mejor al público, estudiando sus necesidades a fondo, más allá del perfilamiento del buyer persona, Si es posible, a cada persona en particular.
• Potenciar el pensamiento libre y la imaginación al variar los escenarios de trabajo, llevando la investigación al campo más bien que analizar datos.
• Obligar a pensar en el usuario/consumidor en lugar de los beneficios de la empresa, entendiendo que satisfacer al cliente redundará en ventajas para el negocio.
• Simplificar los procesos creativos, ya que se elimina lo que no es práctico y se enfoca lo que sí da resultados.
• Servir como mediador entre las diferentes opiniones de los equipos, de esta manera se encuentran puntos medios en los que todos se sienten valorados, lo cual influye sobremanera en el pensamiento productivo.
• Permitir la integración de equipos interdisciplinarios para conseguir soluciones completas.

Características del design thinking

El design thinking tiene características o elementos que lo diferencian de otros procesos creativos. Conocerlas te permitirá saber si en verdad usas el pensamiento de diseño o no.

1. Empatizar con el usuario/consumidor

Para dar con una solución viable es imperativo poner al usuario como centro del design thinking. Conocer sus necesidades reales, y no las supuestas o las que la empresa quiere ver. A partir de ahí, es que se puede trabajar para desarrollar productos y servicios óptimos.

2. Incorpora procesos lúdicos

Los equipos no pueden trabajar con base en pasos rígidos que limiten el pensamiento y el movimiento, más bien, tiene que haber libertad. Y para fomentarla, en el design thinking se pueden aplicar actividades lúdicas.

También sirve el ver todo el proceso como un juego, así todos se relajan y las ideas llegan de forma fluida y espontánea.

3. Fomenta la creatividad

Similar a lo que ocurre en un brainstorming, en el pensamiento de diseño es vital que cada integrante se sienta libre de expresar sus ideas, sin presiones, restricciones o temores. Tampoco ha de existir la competencia, así no se desechan ideas, sino que se analizan y se nutren para ver si son viables.

4.Se basa en la curiosidad

Todos los involucrados tienen un interés genuino y activo por indagar más sobre el problema, no descartan información ni fuentes de buenas a primeras. La curiosidad lleva a encontrar datos útiles tanto de lo que sí sirve como de lo que no.

5. Es posible aprender de los errores

La iteración ayuda a aprender de los errores, lo cual forma parte de todo proceso productivo y creativo. En el design thinking siempre hay espacio para repetir las acciones para confirmar los resultados y ver si las demás opciones son menos, igual o más efectivas.

Fases del design thinking

El design thinking se compone de 5 fases, pero estas no son lineales, es decir, que se puede retroceder cuando sea necesario para poder manejar la nueva información adquirida en función del objetivo: encontrar una solución adecuada.

1. Fase de empatía

El primer paso es tener una comprensión profunda del público, saber cuáles son sus necesidades y por qué las tienen. Además, conocer su entorno permite saber qué es lo que enfrenta y para así poder desarrollar soluciones particulares o personalizadas.

Existen múltiples formas de conseguir información sobre el público objetivo, entre las que destacan los focus groups, entrevistas, seguimiento en redes sociales, cuestionarios y encuestas online, por ejemplo, a través del email.

En sentido, también es interesante trabajar en equipo el mapa de empatía del cliente ideal.

2. Fase de definición

Habiendo recopilado información sobre el público, ahora tienes que descartar aquella que no aporta nada y quedarte solo con la que te sea útil para lograr los objetivos. En otras palabras, se definen cuáles son las necesidades reales del público y lo que espera de las empresas que ofrecen soluciones.

A partir de ahí puedes empezar a realizar hipótesis de las posibles soluciones y así ir perfilando las que son más viables.

3. Fase de ideación

Es momento de empezar a generar ideas de lo que se puede hacer con la información obtenida hasta ahora. La meta es motivar la creatividad, por lo que no hay que quedarse con la primera idea propuesta, más bien, todos deben aportar alguna posible solución; luego se hará el descarte de las que no sean viables.

Anota todas las ideas propuestas y no apliques juicios de valor, recuerda que una idea “loca” puede dar pie a una más práctica. De esta manera es que se consiguen soluciones visionarias.

4. Fase de prototipado

Las buenas ideas se llevan a cabo creando un prototipo que permita palpar dicha solución, ver si es realmente útil y funcional en la práctica más allá de la teoría. Hacerlo también ayuda con la Ideación (fase 3), ya que permite descartar ideas poco prácticas, es decir, fomenta la iteración.

Durante el proceso de creación del prototipo, puede ser útil contar con algunos de los posibles consumidores/usuarios del producto o servicio, así ellos harán observaciones desde el mismo principio y desarrollo de la solución.

5. Fase de evaluación

También llamada fase de testeo, esta última etapa es en la que pones a prueba tu prototipo con las personas que realmente lo usarán. Estos usuarios evaluadores no deben haber tenido interacción anterior con el producto o servicio y no deben conocer de antemano su funcionamiento.

Solo de esta manera es que conseguirás resultados útiles e imparciales que te dirán si tu artículo es bueno o no. No temas a las críticas, incluso si tu solución termina siendo inservible, esto también será positivo porque te ayudará a identificar las fallas y lo que debes hacer para mejorarlo.

Gracias a esto, podrás elaborar una solución que vaya más allá de lo funcional y se convierta en algo indispensable para el público.

¿Cómo aplicar el design thinking en 5 pasos en tu proyecto de marketing?

La clave para que el design thinking funcione en tu proyecto de marketing es propiciar su desarrollo. Por eso, te vamos a explicar cómo hacerlo en 5 pasos:

1. Conseguir los materiales

Para llevar a cabo el desarrollo y definición de ideas vas a necesitar materiales básicos, tales como marcadores, una pizarra, papel, bolígrafos, notas adhesivas… Todo lo que te permita plasmar las opiniones para que los participantes puedan aprovecharlas como fuentes de inspiración y consultarlas cuando sea necesario.

2. Crear el equipo de trabajo

El design thinking no se creó para que lo aplique una sola persona, se requiere de un equipo. Y mientras más variado mejor. Los distintos puntos de vista ayudan a la generación de ideas novedosas, así como en el descarte de aquellas soluciones inviables.

Si bien es conveniente conservar el mismo grupo de trabajo de principio a fin, también es factible agregar nuevas mentes según la fase en la que se encuentre. Por ejemplo, en el prototipado o en la ideación.

Desde luego, debe haber un líder o guía que conduzca al grupo hacia adelante, evitando el estancamiento o desviación del propósito.

3. Establecer el espacio de trabajo

El espacio físico en el que trabajarás tiene una gran influencia en el pensamiento creativo y la comodidad de los participantes. Por lo tanto, encuentra un lugar lo suficientemente amplio como para que todos se sientan libres, con paredes desocupadas en las que se pueda pegar papeles y anotaciones.

Por supuesto, no debes limitarte a este espacio, ya que con frecuencia los cambios de ambiente sirven para ampliar la imaginación. Cuida sobre todo la luminosidad y la ventilación, esto ayuda a que los participantes estén tranquilos.

4. Promover la actitud correcta

Todos los participantes deben tener la actitud correcta para propiciar el design thinking. La curiosidad, la empatía y la resiliencia son cualidades indispensables en el pensamiento de diseño. Asimismo, la observación ayudará a sacar información valiosa de pequeños detalles, por lo que también es necesario ser insistentes.

5. Contar con las herramientas adecuadas

A día de hoy, las herramientas tecnológicas son un elemento innegociable en la aplicación del design thinking. Los formularios de contacto en la web, el email marketing, las redes sociales, las plataformas de teletrabajo y los dispositivos móviles, son solo algunas de esas ayudas potenciales.

A medida que vayas avanzando en las fases, sabrás cuál es necesaria y cuándo y en qué medida utilizarla.

Ejemplos de design thinking

Vamos a ver 2 ejemplos de cómo es posible conseguir una solución óptima usando el design thinking y lograr el éxito empresarial.

1. Tesla y el motor eléctrico

Hace más de un siglo atrás, los grandes industriales pensaban en cómo podrían utilizar la energía eléctrica como “combustible” para los automóviles. Pero el desarrollo del motor por combustión se afianzó cuando la gente común dejó de pensar en la contaminación y se centró en las comodidades del auto y su velocidad.

Por eso fue un gran avance cuando la empresa Tesla pudo desarrollar un automóvil que cumplía con todas estas necesidades: velocidad, alto rendimiento y poca contaminación.

El éxito no radica en haber encontrado un motor eléctrico funcional, sino en haber atendido a las exigencias del público, convirtiéndose en una de las empresas más exitosas del mundo.

2. BBVA, pionera en el sector financiera

BBVA recibió el premio a la mejor aplicación móvil del mundo y destaca por su carácter pionero e innovador en su sector. Detrás de todo ello está el design thinking. Este es un excelente resumen de cómo funciona y todo lo que aporta esta metodología en los proyectos.

3. Uber Eats: Walkable

El programa Walkable se creó para que el equipo de design thinking de Uber Eats pudiera vivir una experiencia completa y así comprender al máximo lo que el cliente viviría al comprar en los establecimientos que ellos auspician.

Los equipos trabajan en el campo entrevistando a los trabajadores (mesoneros, cocineros, etc.) para saber qué es lo que el público disfruta y así poder ofrecerlo en sus servicios.

Gracias a este esfuerzo por comprender a sus consumidores, Uber Eats está presente en más de 80 ciudades del mundo.

Conclusión

Comprender lo que es el design thinking es el primer paso hacia las grandes soluciones que necesitas, que tu público está buscando. Pero tienes que dominar cada fase y estar dispuesto a empezar de cero cuando los resultados no sean lo que esperabas.

Los ejemplos de cómo algunas empresas se han hecho grandes por usar bien el design thinking, son evidencia de que esta metodología no se limita a ningún sector o mercado particular. Solo basta con poner el empeño y recursos suficientes para llegar a ser la respuesta que tus clientes necesitan.

¿Ya sabes cómo el design thinking puede ayudarte en tu proyecto?

Te leo en los comentarios.